El terrible suceso la alejó de su hermana Laura Zapata.
Tras el secuestro que vivieron Ernestina Sodi y Laura Zapata en septiembre de 2002, Thalía confesó cómo vivió el proceso que causó el quiebre de su familia.
En el libro ‘Cada Día Más Fuerte’, que lanzará en noviembre próximo, la cantante reveló que le ha costado mucho despojarse de la culpa que sintió por el secuestro de sus hermanas, “fueron meses -si no años- de muchos cuestionamientos y conflictos internos”, confesó.
“Sentí que el secuestro de mis hermanas, e incluso el presente de lo que ellas estaban eligiendo y viviendo, era mi culpa. Con mucho trabajo de introspección, conjuntamente con la ayuda psicológica de un profesional, pude recobrar mi seguridad, mi autoestima y sobre todo revaloricé el perdón”, escribió.
Pero los problemas que trajo la mala experiencia no sólo afectó a Thalía, sino a toda su familia, pues “un suceso de esta magnitud provoca daños internos en la relación estructural de la familia que vive este traumático evento, y cada cual lo procesa a su manera”, relata.
La forma en que lo procesaron Laura Zapata y Thalía fue a través del distanciamiento, por el que pasaron varios años sin dirigirse la palabra. En la publicación, la intérprete acotó que fue en el velorio de su madre cuando se reconcilió con su hermana.
“Pensar que tuvo que morir mi madre para cambiarlo todo, hace que me duela el corazón, como si le hubieran dado una gran mordida; y llora, en momentos, con gran dolor”, publicó.
La gran sonrisa de Thalía esconde un gran sufrimiento a través de su vida, que relata en el libro donde también da a conocer pasajes como su encuentro con Tommy Mottola y la alegría de ser madre en dos ocasiones.
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