viernes, 20 de noviembre de 2009

Que Obama tiene tumbao


Thalía cuenta que temió que el servicio secreto le impidiera bailar con el presidente de EU
Comenta la nota Julio Alejandro Quijano El Universal Viernes 20 de noviembre de 2009 julio.quijano@eluniversal.com.mx Mucha gente se ha preguntado: ¿en qué estaba pensando Thalía cuando sacó a bailar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante la “Noche Latina” en la Casa Blanca el 13 de octubre? Ella responde: “Tuve miedo; lo primero que pensé fue que el Servicio Secreto del presidente me atraparía antes de llegar a la mesa de los Obama y me regresarían al escenario; realmente temía que los agentes me pusieran un alto”. El miedo no paró ahí. Ya cuando había tomado la decisión de bajar rumbo a la zona del público, un nuevo pensamiento la llenó de inseguridad porque, después de todo, no se trataba de sacar a bailar a un amigo en la escuela sino a uno de los hombres más poderosos mundo. Thalía pensó: “¿Y qué tal si me deja vestida y alborotada?”. La cantante cuenta que sintió el temor femenino de que aquel hombre simplemente rechazara su petición de bailar. Pero Obama se levantó y bailó: “Estaba yo ahí muy arregladita y él empezó a moverse tan bien que me sentí aliviada de todos mis miedos”. Resuelto el enigma sobre aquella velada, otra pregunta que ronda la vida de Thalía se refiere a su carrera musical después de la enfermedad que la tuvo al borde de la muerte (Lyme disease, infección provocada por una garrapata). ¿Por qué insiste en cantar, publicar discos y grabar DVD pudiendo llevar una vida más tranquila, dedicada a sus negocios, alejada del ajetreo de la farándula? “Mi labor en este mundo del entretenimiento —asegura— no sólo es divertir al público, no lo hago sólo para entretener sino para contagiar una energía positiva a quienes me rodean, que se sientan mejor con la música y que se levanten a bailar como lo hizo el presidente Obama”. Thalia publicará este mes Primera fila, disco-DVD grabados en vivo al estilo de los Unplugged de MTV: en un foro íntimo con una pequeña orquesta y músicos invitados. Es su primer trabajo, luego de su enfermedad, y sirvió para reafirmar lo que describe como su misión en el mundo del entretenimiento:

“La música es para mí una religión de himnos donde la gente se une, tiene comunión, pasión, amor y, a final de cuentas, es la oportunidad para unirte con ellos. Por eso nunca dejaré de cantar, yo me veo siempre subida en un escenario jugando con el público”.
Primera fila es presentado como el mejor de su carrera. Ella misma narra que tardó un año y dos meses tan sólo en la selección de las canciones, que tomó clases de canto, que se preparó físicamente para los días de grabación. ¿Si este es el mejor, qué lugar ocupan (vistos a la distancia) sus discos anteriores? Thalía tiene clara la explicación: “Te aseguró que en su momento, con la capacidad que tuve en cada época, todos los proyectos fueron magníficos, así como ahora creo lo mismo de este nuevo álbum”. “Como un pípila” La diferencia es que la Thalía de antes era como un “pípila” que cargaba la losa de los estereotipos y prejuicios del público que esperaban ver siempre a una cantante glamorosa, sensual y exitosa. ¿En qué momento y dónde dejó la Thalía del presente esa losa que tanto le pesó durante los primeros 20 años de trayectoría artística?

“No quiero decir que me arrepiento, todo eso es parte de mi historia y no se puede borrar con un dedo porque soy el resultado de ese pasado, pero es muy liberador entender que la Thalía que está en su casa arrastrándose para jugar con su hija en jeans y comiendo un sandwich es la misma que se sube al escenario. Fue maravilloso que, al grabar este nuevo disco, por fin pude hacerlo sin sentirme un pípila que cargaba todas esas imágenes preconcebidas que la gente esperaba ver en mí”.
La duda es saber si esto quiere decir que aquella Thalía de las imágenes grandilocuentes (su boda con Tommy Mottola en la catedral de San Patricio, sus vestuarios provocadores en videos musicales) ya no se verá. “Claro que nunca aparecerá en jeans en una alfombra roja; me seguiré vistiendo con glamour en las ocasiones precisas. Lo que quiero decir es que he aprendido a ver las cosas buenas de la humanidad. Luego de luchar con una enfermedad tan fuerte como la que viví y que me inmovilizó, ahora veo el mundo de una forma positiva. He enfrentado muchas guerras y me han dejado marcas profundas pero lo he superado. El ser humano tiene diferentes escencias y yo sé que la mía es de gladiador, soy una gladiadora”. Thalía narra que Primera fila fue la más reciente de sus batallas, ya que por primera vez estuvo ella sola, sin parafernalia ni tecnología que la soportaran, en un escenario para grabar el disco.

“Los dos primeros días de ensayo me sentía tan nerviosa que me dolía el estómago y todo me temblaba. Puedo presumir ahora que 99% de las personas que lo han escuchado o visto siente escalofríos o ganas de llorar con alguno de los temas”.


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